Bajar a la lista de etiquetas (categorías de artículos)

miércoles, 22 de agosto de 2007

Negro sobre blanco

La ley me impide renunciar a mis derechos. Es así de simple.

Si firmo un contrato que dice que renuncio a mi fuero propio y me someto a los juzgados y tribunales de Madrid, por ejemplo, simplemente es como si esa cláusula no estuviera en el papel. Es nula de pleno derecho, porque la ley no me deja renunciar a mi derecho a poner una demanda acerca de ese contrato en otro sitio. Aunque lo haya firmado.

Si firmo un contrato que dice que en caso de conflicto correrán de mi cuenta y cargo los gastos judiciales y/o extrajudiciales que ello ocasione, incluso los honorarios del abogado y derechos de procurador de que se valga la otra parte, aún cuando su intervención no fuera preceptiva y no existiere condena en costas es igual de nulo. Y además, puede que sea un intento de estafa. Si el juez no me condena en costas, el contrato no puede obligarme a pagar los gastos de la otra parte.

El caso es que esas y otras cláusulas semejantes siguen apareciendo, aún hoy, negro sobre blanco en contratos recién redactados.

Y los seguimos firmando sin quejarnos.

¿Realmente nos merecemos que la Ley nos proteja de esa manera, si no protestamos nosotros mismos?

lunes, 13 de agosto de 2007

Comienza la desbitácora

Hoy he empezado otra bitácora, o más bien desbitácora, ya que la he creado para ir poniendo allí esas cosas con palabras técnicas en algún dialecto raro del inglés relacionadas con el desarrollo de programas.

No quería que mis lectores habituales de esta bitácora (que alguno habrá, espero) confundan mi personalidad "social" con mi personalidad "informática".

Y sí, sé que tener más de una personalidad es parte de una enfermedad que se llama esquizofrenia.

jueves, 2 de agosto de 2007

Dicen

Se dice que están controlados los fuegos. A quién no sepa de dónde viene el comentario, este fin de semana pasado ha habido incendios en cuatro de las Islas Canarias: Tenerife, Gran Canaria, La Palma y La Gomera.

Los de La Palma y La Gomera fueron controlados rápidamente. El de Gran Canaria no, y llegó al nivel 2. El de Tenerife tampoco, aunque no pasó del nivel 1.

Sin embargo, dicen que el de Gran Canaria está controlado, aunque no se lo considerará extinguido hasta dentro de varios días.

Dicen también que no sigue quemando, simplemente porque en Gran Canaria ya no queda nada que quemar.

Dicen que en Gran Canaria ha habido enfrentamientos entre la Policía Municipal y la Policía Nacional, con la primera defendiendo a los vecinos y la segunda tratando de evacuarlos por la fuerza de la zona de peligro.

Dicen que uno de los viejitos de Fataga, en la zona más afectada de Gran Canaria, hombre curtido de años en el campo y buen conocedor d la zona, comentó que el fuego se encontraba entre las dos presas más importantes de la isla, y que bastaba con una cuadrilla, una bomba y dos camiones para apagarlo.

Dicen que los helicópteros no volaban de noche porque no podían. Pero dicen (otros) que los helicópteros estaban perfectamente capacitados para volar de noche, que son las tripulaciones las que no estaban capacitadas, porque las Administraciones Públicas nunca pagaron a las tripulaciones los cursos necesarios, por caros.

Dicen que si uno de los vecinos de Fataga, que esquivó la evacuación policial, pudo salvar él sólo varias casas de la zona, qué no hubiera podido hacer una cuadrilla entrenada y, sobre todo, bien dirigida.

Dicen que Zapatero y su ministra han venido "a ver". Pero que no se trajeron ninguno de los 12 hidroaviones Canadair, preparados para lucha contraincendios, que están pulcramente aparcados y muertos de aburrimiento en el aeropuerto de Málaga.

Pero claro, todo eso es sólo lo que dicen. Los medios de comunicación han estado parados, casi secuestrados. Dicen que incluso Coalición Canaria aprende, a veces, de sus errores, y no permitió esta vez que los medios se comportaran tan independiente y críticamente como en el incendio de 1995, en el que pillaron a Manuel Hermoso, a la sazón Presidente del Gobierno de Canarias, cenando tranquilamente mientras el fuego arrasaba el monte. No ha habido esta vez cobertura de primera línea, ni líneas abiertas a las llamadas de los oyentes/ciudadanos.

Dicen, y lo dice Ricardo Melchior, que van muchos fuegos, conatos, apagados ya en la zona de Los Campeches, lo que hace sospechar que éste, como aquellos, haya sido un incendio provocado, ya que comenzó en la misma zona. Provocado como el conato de ayer en Aguagarcía, que de no haber sido rápidamente controlado hubiera corrido a quemar lo que el otro, el grande, debido a la dirección del viento, no quemó: la Corona Forestal de La Orotava.

Pero dicen también que siendo tantos y tan repetidos los conatos en Los campeches, tiene que haber quien conozca el quién y el por qué. Pero este último, dicen, seguro que es el dinero.

Dicen que el mayor culpable de la rápida expansión de los dos grandes incendios, aparte del hecho obvio de que se encendieran, y lo hicieran por la mano del hombre, ha sido el viento fuerte y racheado. Pero dicen otros que más culpable que el viento es el hecho de que el monte no estuviera limpio de pinocha, porque el Cabildo impone multas monumentales a quienes lo limpian. Y dicen otros más que la culpa es de los dispositivos contraincendios, o más específicamente de quienes los dirigen, por no hacer caso a la gente del lugar, que son quienes saben cómo apagar los fuegos en la difícil orografía de Canarias.

Dicen que es imposible que un peninsular sepa apagar fuegos aquí, porque, por mucho que sepa de incendios, está acostumbrado a trabajar en los terrenos llanos de la Península, que son llanos incluso en sus zonas más escabrosas en comparación con Canarias, y no a trabajar en los lomos y barrancos de Canarias.

Dicen, también, que todo esto no son sino comentarios y rumores. Yo sólo los presento.

Usted, que los lee, decida.