Como una tela elástica
A veces siento que todos los que me rodean tiran de mi. Mi familia, mi trabajo, mi mujer, mis amigos y otras obligaciones en las que no sé ni cómo me meto.
Tiran y tiran de mí, de todos lados, y soy una tela muy estirada, y me siento como un tambor. Cualquier pequeño roce y sueno.
Me gustaría poder ser de tela vaquera. Si tiran mucho, me rasgo, y todos se darán cuenta de que no deben tirar tanto. O simplemente me rompo y ya está, y que cada uno se quede con un trozo de mí, sin males mayores. Pero siento que no lo soy. Soy más bien como un trozo de tela elástica, que cedo y cedo aunque cada vez tiren más fuerte. Y al final, si tiran lo bastante, temo que no me romperé. Las telas elásticas no se rompen. Los globos hinchados no se rompen.
Estallan.