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miércoles, 29 de abril de 2009

Pensamientos de sobre (III)

¿Quizá el problema de nuestros PSOE y PP?

La verdadera comunicación se da cuando las partes no tienen miedo.
Ken Blanchard

lunes, 27 de abril de 2009

Servicio al cliente (II)

Como ya comenté, si bien no con esas mismas palabras, en diciembre del año pasado, la mejor cara de una empresa no la debe poner el vendedor, sino el encargado de mantener razonablemente feliz al cliente: el personal de Atención al cliente.

Como acabo de referir, mi portatil se estropeó este fin de semana, y acabo de llamar al servicio de Atención al cliente de Dell, en particular al servicio técnico. Les indiqué los síntomas del problema, me obligaron a hacer una prueba que yo no consideraba necesaria (eso sí, con la pertinente disculpa) que confirmó que el problema es el que yo decía, y mañana tendré en mi despacho un técnico con una pieza de repuesto, que probablemente sea «cambiar sobre la marcha y listo».

Eso es Servicio, Atención. Así se cuida a un cliente, y esa es la manera de que yo, que ya estoy pensando en cambiar de portátil, no me plantee cambiar de marca.

Y como nota, la prueba que me obligaron a hacer es necesaria para que el técnico sepa, sin lugar a dudas, la pieza que ha fallado (aunque yo ya lo sabía) y es normal que obliguen a hacerla porque muchas veces los clientes no dicen lo que ha fallado, sino lo que ellos creen que ha fallado, obligando así a veces al técnico que se ha desplazado a volver al día siguiente con la pieza que realmente falló. Así que, aunque para algunos sea una pérdida menor de tiempo, en general es una ventaja.

Mala suerte

A veces, como comentaba en otra entrada, las cosas no salen como uno quiere. En mi caso, y en esta ocasión, la mala suerte se ha cebado conmigo estropeándome el ordenador portátil durante la noche del viernes al sábado.

Estar todo el fin de semana sin ordenador para alguien a quien no le encanta lo que hay en Televisión, no tiene compañeros de piso, no puede leer mucho porque le duele la cabeza y (sobre todo) no tiene a su cónyuge cerca como quisiera es una verdadera tortura.

Veremos qué me dicen hoy en la casa, cuando los llame, que aún no puedo porque no es la hora.

lunes, 20 de abril de 2009

La decente

Otra vez he ido a una sesión de esa de las Bellas Artes que es única cada vez. Mientras que Arquitectura, Poesía, Pintura, Escultura se hacen una vez y luego, cada vez que se disfrutan son exactamente iguales, salvo el estado propio de cada cual, y la Música, si bien es distinta cada vez que se toca, es interpretada para el público pero sin interactuar con éste, esa parte de la Danza que queda al cuidado de Talía es realmente única cada vez, ya que los actores congenian con el público, lo notan, hacen guiños, o esperan a seguir cuando surge un aplauso fuera de tiempo.

Esta vez mi suerte me llevó otra vez a Miguel Mihura, y digo suerte porque fui invitado sin saber a qué obra asistiría. El rey del absurdo escribió en 1967 La decente, una comedia policiaca ambientada en aquél mismo verano, donde la denuncia esta vez, aparte de la cómica contra los aparatos eléctricos «modernos», es contra la imposibilidad (entonces) de abandonar el barco que se hunde cuando éste ha sido santificado por el sacramento del Matrimonio.

La obra se estrenó con escenografía de Gil Parrondo y vestuario de Elio Bernhayer, y la versión que Gustavo Pérez Puig trajo al Teatro Olympia de Valencia goza (y los espectadores gozamos) de la escenografía original, como lo son los trajes de la actriz principal.

Ésta, Victoria Vera, Nuria, la decente que da título a la obra, da la réplica a un magnífico Manuel Galiana, Roberto, hoy desaprovechado en televisión, que se encuentra como pez en el agua ante el público con el absurdo y ácido humor de Mihura. El reparto que me hizo disfrutar lo completan Ana María Vidal como la respondona María y Juan Calot como el pesado Comisario, ambos completamente entregados y metidos en sus papeles, y los jóvenes Andrés Arenas y Antonia Paso, correctos, cerrando el círculo.

Una vez más, aparte de pasarlo estupendamente, Mihura me ha hecho mirar con un poco más de compasión al género humano.

sábado, 18 de abril de 2009

Con magua

Yo siempre he dicho (y pensado) que allí donde tenga una cama, un techo y una conexión a Internet, me sentiré como en casa. Y más si tuviera a quien quiero al lado.

Pero a veces veo que me equivoco en tan simple asunción: por alguna razón, anoche me puse a buscar música de timple. Y claro, con el tiempo que llevo aquí en Valencia, sin una triste isa que llevarme a la boca (o a la oreja), oír una buena folía bien tocada por José Antonio Ramos es algo que a uno le hace llorar, recordando su tierra. Y más bobo yo, para empeorar la cosa, no oí solamente una folía sino que continué con malagueñas, isas y el Somos Costeros.

Algunos es que somos bobos. O que la tierra tira mucho. O las dos cosas.

Pensamientos de sobre (II)

...generalizaciones ciertas a pesar de serlo.

Aburrirse es besar a la muerte.
Ramón Gómez de la Serna

viernes, 17 de abril de 2009

Pensamientos de sobre (I)

...pensamientos escritos en sobres de azúcar. Pequeñas dosis de sabiduría de consumo rápido.

Los buenos ratos hay que fabricarlos, porque los malos, llegan solos.
Joaquín Vargas Gómez

Cosas que pasan

Mis padres me enviaron un paquete hace como dos semanas (de hecho el día 4). Un simple y normal paquete de Correos.

Esas cosas tardan, claro. Y más aún cuando es paquete, no carta, y no es urgente. Y todavía más cuando por medio andan la Semana Santa y (aquí que lo hay) el Lunes de Pascua.

Pero tanto...

Ayer aún no había llegado, y es más, no había noticias de él ni siquiera en el sistema informático interno de Correos, así que hoy fui a mi oficina más cercana a preguntar. Al llegar a la ventanilla me indican que el paquete se registró hoy en el puerto de Valencia y que entró hoy en reparto urgente.

Pues bien, no se ha perdido. Eso es una buena noticia.

Vuelvo a casa y, «O Fortuna» (que escribieron en el XIII), en el rato que fui a Correos y volví tenía en mi buzón el aviso de llegada.

Tendré que volver a la oficina de Correos mañana.