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viernes, 29 de agosto de 2008

Otra de firmas

Cuando hubo que poder escribir en gravedad cero los americanos se dejaron millones en investigación. Gracias a ellos tenemos hoy el boli de gel. Los rusos fueron a lo práctico y usaron lápices.

Una de firmas

Hala, ahí les dejo una firma curiosa (y a la vez muy informativa) que he encontrado en una de las tantas listas de correo que leo.

Es curioso ver cómo, a veces, en una viñeta de historieta, en un refrán, o en una firma se destila tanta mala leche y tanta sensatez de una vez.

A. Because it breaks the logical sequence of discussion.
Q. Why is top posting bad?

miércoles, 27 de agosto de 2008

Robos de ancho de banda

A veces la gente, aunque sea buena o mala, hace cosas estúpidas o simplemente sin saber. Como decía en esa entrada, nadie es 100% bueno, ni malo, ni estúpido.

En este caso, se ha tratado de otro bitacorista (me niego a escribir <<bloguero>>) que puso en su bitácora una (preciosa) foto de una tormenta:

Fotografía de una tormenta.
* Autor: José Luis Hernández, (ACM)
* Texto: Fernando Bullón
* Tomada de la Exposición Virtual de Nubes de Fernando Bullón y Noel Torres para la FECYT


El problema es que puso la imagen como aquí, directamente desde el sitio original, pero sin pedir permiso al administrador de ese sitio (rolamasao.org) y lo que es peor, sin indicar de dónde la sacaba ni dar crédito a sus autores.

La manera más correcta de hacerlo es colgar la imagen en su propio blog, usando su espacio y su ancho de banda. Pero eso es copiar la imagen, y para eso necesitaría un permiso de los autores que no tiene, y que yo no le puedo dar. Estando en esas, la mejor manera restante es la que he utilizado yo arriba: enlazarla desde el sitio original pero dando crédito a los autores y al sitio, preferiblemente con permiso del mismo. Eso sí se lo puedo dar, ya que (como supondrán) ese soy yo.

El mayor problema de enlazarla desde el sitio original es el llamado robo de ancho de banda. La gente que vea la imagen puesta en su bitácora, o en ésta, la estará descargando desde el sitio original, utilizando la conexión del mismo y no la de la bitácora, es decir, gastando el ancho de banda del sitio original y no el de blogspot. Pero hacerlo con permiso es, bueno, hacerlo con permiso.

El segundo mayor problema es más moral y menos económico-técnico: ponerla sin dar crédito. Cualquier trabajo intelectual, ya sea un programa, una canción o una fotografía, genera inmediatamente ciertos derechos a favor de su autor: sólo éste puede reproducirlo o modificarlo, por ejemplo. Estos derechos pueden cederse. Así, un autor puede permitir reproducir libremente su obra, como hacen los autores de música libre (o aquí o aquí), o incluso permitir modificarla, como hacen los autores de programas libres. Pero lo que no se puede es reproducir o distribuir una obra intelectual sin el permiso explícito de sus autores.

Por ello fui un poco duro pidiendo al administrador de echovuelo.org (ojito con esa <<h>>) que quitara la imagen que había enlazado sin permiso y sin crédito. Efectivamente la quitó, y su respuesta, además, me permitió ver que la enlazó sin saber qué estaba haciendo en realidad. Por esa razón le he dado explícitamente permiso para enlazarla de nuevo, bajo la condición de que dé el crédito debido a los autores y al sitio, aparte de pedirle disculpas por mi dureza. Veremos si la vuelve a poner. En cualquier caso, le agradezco su buena fe y el darme pie a escribir todo ese artículo.

martes, 12 de agosto de 2008

Tres clases de personas

Desde PiensoLuegoPiensoLuegoExisto vía Kriptópolis.

He leído un interesante artículo en que afirma que sólo hay tres clases de personas: los buenos, los malos y los estúpidos.

Según el artículo, los buenos y los malos son minoría: son los que hacen las cosas por una razón: por el bien común, el progreso y los amigos, o por el interés, la comodidad y el beneficio, pero por una razón. Sea una razón buena o mala, hay una razón para lo que hacen. Tienen motivos.

Y son minoría.

El tercer grupo, los estúpidos, son mayoría. Son la masa. Los consumidores, los votantes, los televidentes. Son cómodos. A veces hacen el bien, a veces el mal, y votan en función de la corbata que lleve cada candidato.

Ese es el problema: que los estúpidos son mayoría, y votan.

Recomiendo su lectura. No es el análisis sociológico de un experto, pero es una interesante disección de aquello en lo que se están convirtiendo nuestras sociedades. O de lo que siempre han sido, y ahora se nota más debido al enorme poder que empiezan a acumular las masas de estúpidos, como votantes y como consumidores.





Por cierto, si me lees, supongo que eres de los buenos o de los malos. ¿Acierto?

lunes, 11 de agosto de 2008

Un día en Cuenca

A finales del mes pasado me escapé un día a Cuenca con mi esposa. Comimos como reyes, sobre todo no ya en Cuenca misma sino en Beteta, mientras dábamos una vuelta por el alto Tajo, viendo sitios como el nacimiento del río Cuervo.

Pero vayamos por partes. En la misma Cuenca vimos, cómo no, las Casas Colgadas. Que como todo el mundo sabe, no es que cuelguen, en realidad, sino una manera de construir muy particular, adaptada a la difícil orografía del lomo entre las hoces del Huécar y el Júcar.


Vimos también maravillas naturales como el Ventano del Diablo sobre el Júcar.


O el nacimiento del río Cuervo (bueno, no llegamos exactamente al nacimiento, sino a la cascada kárstica que hay un poco más abajo)


Teniendo en cuenta que de ida pasamos por sitios como Utiel a beber vinos y de vuelta por sitios como el pantano de Buseos y Sot de Chera (y por Casinos para comprar turrones), esta es, sin duda, una gran ruta gastronómico-cultural.

Hay crisis

Hay crisis, ya no me cabe duda.

De las tres noticias que me lo han dejado meridianamente claro, una es de alcance nacional: el resurgimiento de los Montes de Piedad. La segunda sólo la entenderán por completo los canarios que tengan mi edad o más: el sirio ha vuelto a abrir la cadena de tiendas del Número 1 donde comprábamos hace veinte años. La tercera es un comentario que me han hecho en varios bares tanto en Valencia como en Canarias: la gente va al bar lo mismo o más que antes, pero consumen menos.

No necesito las cifras macroeconómicas para confirmarlo. Ya me da igual lo que digan el imprudente Zapatero o el serio Solbes: hay crisis, y va para largo.

viernes, 1 de agosto de 2008

El precio de un café

Hace poco más de un año y cuatro meses (el 27 de marzo de 2007) Zapatero dijo que un café costaba (entonces) ochenta céntimos. Se montó una fuerte pelotera con el asunto, porque eso no es lo que cuesta en general un café en las calles de Madrid (ni en otros sitios). En Canarias la cosa no se entendió tanto, porque aquí el café es más barato.

Para muestra, un botón. En el bar de debajo de casa, en La Laguna, el barraquito, bien hecho, con su canela y su corteza de limón, bautizado, y con un vaso de sifón (agua con gas, de grifo) cuesta ochenta céntimos. Justo lo que decía Zapatero entonces que valía un café.

Un simple café con leche, del mismo tamaño, en el bar de debajo de casa, en Benimàmet, un barrio periférico de Valencia, cuesta un euro y veinte céntimos. Sí, doscientas pesetazas del ala.

Es verdad que en Canarias los sueldos son (bastante) más bajos, pero no me cabe duda de que se vive mejor. Y además, más tranquilo.