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lunes, 17 de diciembre de 2007

Carta a SS. MM.

Estimados monarcas de países que hoy no son monarquías:

Es un placer, un año más, escribirles y hacerles llegar esta misiva a un indio, un nubio y un sirio como SS. MM., con la esperanza de que las actuales tecnologías, que todas han sido nuevas en algún momento, permitan que llegue a destino sin parar en barras, que son en este caso fronteras y huelgas de Correos.

Visto que estamos en año electoral, lo primero que pediré a SS. MM. es un poco del menos común de los sentidos para los españoles, y que consigan con los votos de todos que alguien gane las elecciones. Porque como ocurra como la última vez, que el que está no las ganó sino que el que estaba las perdió, quien sabe lo que será de este país en el que los socialistas mantienen el Canon digital y los populares votan en su contra.

También por pedir, y también para mí pero para todos, un poco de lo mismo para otros que están a punto de votar, allá en el Imperio, que frente a lo que tienen ahora van a tener que elegir a una mujer o un negro, y puede que por no hacerlo se queden con lo que tienen, que ya bastante malo es. Espero que SS. MM. no se atraganten, como él, con las galletas que les dejaré la noche de la víspera de Epifanía.

Más lejos de mi árbol, pidan SS. MM. en mi nombre al niño que haga reconsiderar a Su vicario en la Tierra la reciente Spe salvi, o más bien, siendo que el texto es ciertamente erudito, razonado y coherente, que le haga reconsiderar las bases de pensamiento sobre las que la encíclica está tan armoniosamente construida. Igualmente pido a SS. MM., como al comienzo de esta electrónica misiva, un poco de seso, y que no sea en sopa, para los que han de regir nuestros destinos, desde el munícipe hasta el Emperador.

Afectuosamente me despido, este año de separación familiar tanto o más que los anteriores, y espero que menos que los por venir, que sean muchos y buenos, de SS. MM. recordándoles que, como siempre, mis zapatos serán los menos betunados que encuentren bajo el árbol.

S. S. S.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Días de clases y fútbol

Cuando llegué a Valencia no sabía en qué iba a consistir mi vida. Hoy ya puedo decir que de clases y fútbol.

Clases.

Hace seis años que no tenía clases. Las había dejado atrás cuando hice quinto de carrera. Ahora resulta que soy todo un Licenciado, y me ponen clases, en un Máster.

¿A dónde va a ir a parar la educación universitaria en éste país? No es ya que los alumnos lleguen a primero de carrera sin saber sumar fracciones. Que ya es algo que tiene delito. No hablo de que si les piden que dibujen las fuerzas que actúan sobre un proyectil en vuelo no lo hagan bien. Que por cierto, para los que duden, sólo hay una, el peso. No me refiero a que no tengan ni idea de quién fue el Conde-Duque de Olivares. O Godoy. No me refiero a que para ellos Pérez Galdós sea una calle o Don Juan de Austria un centro comercial.

Me refiero a que no sólo es malo el nivel de entrada de los alumnos, sino a que el nivel de exigencia de los profesores es pésimo también. Un alumno no debería aprobar Mecánica Cuántica sin saber qué significa la Ecuación de Schrödinger. No me refiero a saberse la ecuación (que algunos tampoco se la saben) sino a comprenderla. No entiendo cómo sacan la carrera de Derecho personas con faltas de ortografía, cómo se licencian en Matemáticas personas incapaces de comprender el grado de fiabilidad de una encuesta ni cómo sacan Física personas que nunca supieron resolver problemas de estabilidad.

Y peor, esa mediocridad la pagamos todos. El nivel general de cultura general, valga la redundancia, de los universitarios desciende año tras año. Y luego son esos universitarios los que darán clase a los niños de mañana.

Y peor, tenemos en España la costumbre de que el que no vale, a Magisterio. Quien no es capaz de sacar una Licenciatura completa, se cambia de carrera a la Diplomatura de Magisterio, que "es más fácil". Y no debería serlo.

Magisterio debería ser la carrera más exigente de todas, quizá incluso más que Medicina. No olvidemos que son los maestros los que formarán (y no me refiero sólo a dar conocimientos) a todos los que serán adultos dentro de un par de generaciones. Ahí tenemos los ejemplos de los países nórdicos, donde el nivel de los alumnos en el informe PISA sube año tras año. Allí los profesores están motivados, bien pagados y respetados por los padres. Pero, sobre todo, bien formados. Son los mejores alumnos de cada promoción en los institutos los que son seleccionados para estudiar Magisterio.

Menos mal que en éste país nos queda el fútbol. Me voy al partido.

Por cierto, un partido de Becarios de Investigación. Compartimos varias cosas aparte del balón: no se nos considera trabajadores (no cotizamos), no tenemos seguro de qué vamos a comer el año que viene, y producimos la ciencia y la tecnología punteras de España.

Quizá algunos de nosotros deberíamos haber sido profesores, en vez de nuestros compañeros que abandonaron las carreras que nosotros acabamos para hacer Magisterio.

viernes, 26 de octubre de 2007

Bitácora peninsular desde Canarias

Si siguen habitualmente (creo que no hay nadie que lo haga) esta bitácora habrán notado que hay un enlace nuevo a la derecha. La Bitácora de Agnes.

Como dice el título, se trata de la bitácora de una peninsular que vive en Canarias. Igual que yo soy un canario que vive en la península.

Ambos notamos cosas raras. Ella se queja de que en Canarias no encontró "patatas" ni "autobuses", yo me quejo de que aquí no puedo pedir "papas" ni volar en "guagua". Ella comenta la existencia del Clipper de fresa, yo lo añoro. Ella comenta lo que le costó distinguir bubangos de calabacines, y yo aquí sólo me encuentro unas cosas que parecen pepinos.

Ella dedica una buena parte de su primera entrada a la manera de conducir de los tinerfeños. Se estresa, porque allá vamos despacio. Yo me estreso, porque aquí no hay manera de estar tranquilo, todo va a toda velocidad.

Sin embargo, algo habrá por lo que ella se fue allá y algo habrá por lo que yo he venido aquí.

¿No?

lunes, 22 de octubre de 2007

Historias de Valencia

Sí, sigo aquí, no he desaparecido.

Simplemente no tenía conectividad con Internet en el piso de estudiantes en el que vivo (la "Pequeña ONU", al decir de mi padre), hasta ahora mismo. Y la que tengo en el despacho la empleo (evidentemente) para otras cosas.

Aquí hay de todo, como en todas partes. Pero donde quiera que uno vaya, si quiere, puede adaptarse. Yo ya he encontrado una farmacia a la que ir, cuatro supermercados de cadenas distintas y un bar. Ah, y un Döner Kebab.

Y también tengo cerca una ferretería y un par de sucursales bancarias.

Ya lo tengo todo. Bueno, todo no. Hay algo que dejé en Canarias y que aquí no he encontrado ni voy a encontrar, a no ser que venga en avión.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Científicos e Ingenieros

Ayer mantuve una conversación, bastante interesante, sobre las diferencias entre científicos e ingenieros.

La primera es que los científicos prefieren las fórmulas, y los ingenieros las tablas. ¿A qué puede deberse?

Creo que es cosa, sobre todo, de que los científicos entienden las fórmulas, así que pueden decidir, al ir a aplicarlas, qué partes de las fórmulas son importantes y cuáles no, y pueden ignorarlas o hacer aproximaciones que funcionan. Saben pensar y razonar, y les interesa saber por qué pasan las cosas, y cómo. Los ingenieros, en cambio, no entienden las fórmulas, ni les importa, porque ya tienen las tablas hechas, basadas en las fórmulas ya aplicadas y aproximadas adecuadamente al caso. Una tabla para cada caso. Saben crear estructuras y aplicaciones complicadas que los científicos ni siquiera imaginan, pero no saben por qué todo eso funciona, ni les importa. Lo importante es que saben que funciona, porque lo dice la tabla, con un margen de seguridad suficiente.

Ojo, que no estoy haciendo de menos ni a ingenieros ni a científicos. Ambos son necesarios en una sociedad desarrollada. Un físico sabe por qué un puente se construye de determinada manera, y se pone con las fórmulas, puede obtener qué peso soportará ese puente, qué viento, que tiempo de oxidación... pero si le dan el barranco sin puente, no hubiera sido capaz de diseñar uno. El ingeniero, en cambio, es el que diseñó el puente, de tal manera que las tablas dieran que iba a aguantar determinado peso, determinado viento, determinadas vibraciones, pero sin las tablas se hubiera visto perdido.

Un físico y un ingeniero juntos, sin tablas y sin puente, hubieran sido capaces de diseñarlo también.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Naranjas de ¿Valencia?

Es curioso. Vivo (o sobrevivo) en Valencia. La tierra de las naranjas.

Echo de menos mi Canarias, "bendita mi tierra guanche". Echo de menos el barraquito. Echo de menos el Atlántico. Echo de menos que las series de la Cuatro empiecen a las nueve. Vale, nueve y cuarto.

Echo de menos mis relaciones personales. Mucha gente en Canarias quedó atrás.

Pero aparte de las relaciones, lo que más echo de menos son las naranjas.

En la tierra de las naranjas no encuentro naranjas decentes: todas las que hay son naranjas valencianas, pero es imposible encontrar las que en Canarias llamamos "naranjas del país".

La naranja valenciana es grande y dulce, y da mucho jugo. La naranja canaria, en cambio, es pequeña y da relativamente poco jugo. No es tan rentable... pero tampoco es tan dulce.

Un jugo de naranja de naranjas "del país" levanta a un muerto. A mi me valía, en Canarias, para despertarme y pasar media mañana, hasta que llegaba la hora del barraquito. Ahora en valencia, me puedo tomar un litro que sigo medio dormido.

Echo de menos las naranjas de Canarias...

jueves, 13 de septiembre de 2007

A más cadenas, menos contenidos

Me he mudado. A un piso donde se recibe señal de TDT.

Es curioso constatar que cuantas más cadenas hay, menos contenidos hay en ellas. Antes, con dos cadenas (de tener una no me acuerdo), siempre había algo que ver. La primera cadena era de la televisión pública, y por ello un servicio público, y la segunda cadena, más.

Hoy, con 6 cadenas generalistas, dos canales autonómicos (aquí, mas los de otras comunidades), un par de puñados de cadenas locales y los canales de la TDT, resulta que la mitad del tiempo no hay nada que ver.

Aparte de cantidades ingentes de publicidad, tenemos las redifusiones, las teletiendas y las series repetidas, "tripitidas" o "cuatripitidas".

Incluso las cadenas menos culpables, como Cuatro, con programaciones siempre frescas, repiten capítulos de temporadas anteriores de las series del prime time (u hora de máxima audiencia, en castellano).

¿Nos quieren entontecer a base de esconder la información relevante en un exceso de información irrelevante?


¿Quieren acabar de convertir ciudadanos en consumidores?

lunes, 3 de septiembre de 2007

Oye qué cosa el café

Hay sitios donde no saben servir un buen café. De ninguna de las maneras.

La manera más sencilla es el simple y clásico café sólo, o negro. Hay sitios donde hacen una colada casi perfecta, y otros donde dejan colar más de la cuenta, y el café queda aguado. Y antes de servirlo tiran la mitad de lo colado, creyendo que lo arreglan.

No señor. Si lo ha hecho usted mal, lo repite, y punto. Y si se lo pido doble, no quiero decir el doble de agua en la colada, quiero decir que haga dos coladas en la misma taza, o en su defecto una con doble carga.

Y me lo sirve usted en una taza de porcelana. ¿Me oye?

También existe el cortado. Como el café solo, pero con leche. Servido en un vasito corto, y más o menos la misma cantidad de leche que de café, salvo que lo pidan corto, o largo (corto de café, o largo de café).

El siguiente en tamaño es el rey de la creación. El insuperable invento del barraquito.

El barraquito bien hecho comienza con la elección del vaso. El vaso de barraquito es alto, sin llegar a ser un vaso de tubo, aproximadamente del doble de altura que el vaso de cortado, sin llegar a la capacidad de una taza grande. Debe, también, ser casi recto, aunque se abre poco a poco, y sin adornos, completamente liso.

Punto indispensable en el barraquito es poner en el fondo del vaso un dedo o dedo y medio de leche condensada, maravilloso producto que fue la alimentación base, junto a la leche en polvo, de muchos niños canarios durante la posguerra. Tan indispensable es, que en más sitios de lo que es sano entienden por barraquito simplemente un cortado que tenga leche condensada.

No señor. Si quiero un cortado con leche condensada, lo pido por su nombre: un leche y leche.

Como hablamos de café, pues evidentemente el segundo paso del barraquito es el café. Una colada semejante a la de un café sólo o a la de un cortado, pero quizá un poco más larga.

Tercer elemento conformante del barraquito es la leche, bien calentada al vapor hasta hervirla, pero sin aguarla. Y ojo, que no es fácil de hacer.

Para nota, la espuma. Los buenos camareros cuando calientan la leche para el barraquito hacen una cantidad respetable de espuma en la jarra de la leche, espuma que debe servirse en el vaso, desde la propia jarra, sin necesidad de cucharilla si uno es un profesional de detrás de la barra.

Como comenté arriba, esto es lo que sirven por barraquito, o mejor dicho estafan por tal, en más sitios de la cuenta. Sin embargo, faltan aún ingredientes en la receta. Uno de ellos es un poco de canela en polvo, espolvoreada sobre la espuma de leche justo antes de servir. Otro es un trozo de corteza de limón, que junto a la canela y la leche condensada dan al sagrado barraquito un sabor inconfundible, inigualable, un perfecto sabor a Canarias, en particular a Tenerife.

El último ingrediente, discutible por lo que tiene de alcohólico, es un ligero toque de licor de canela, licor 43 o algún otro licor semejante. Apenas un toque, que basta para conformar el barraquito bautizado, que es norma en algunos sitios, salvo que se pida expresamente sin acristianar, siendo que en otros sitios el estándar es el barraquito sin licor, debiendo pedirse el bautizo expresamente.

Nota de sobresaliente, en algunos camareros, es añadir al brebaje un grano de café sin moler, aunque no con ello se pueda convertir en aceptable un barraquito sin la canela o el limón, o en bueno uno sin espuma.

El barraquito, y el café en general, son parte importante de la vida de Tenerife. Los funcionarios no hacen la pausa del café, hacen la del barraquito. Los tinerfeños no se distinguen en Gran Canaria por pedir el agua del tiempo, sino por pedir un barraquito. Los turistas con más de medio dedo de frente (ese medio dedo que se necesita para tostarse, vuelta y vira, al sol de día y emborracharse de noche) no se van con el sabor del plátano en la garganta y en la memoria, sino con el del barraquito.

Tan importante es el café que uno de los grupos de la movida canaria, por darle un nombre, le dedicó una de sus canciones.

Gracias, Palmera, por tus discos, y por esta canción:

Sí, los párpados me llevan a dormir.
Las manos no soportan el bolígrafo, tengo que seguir.
Sí, el sueño está empezándome a llegar.
Alguna cosa fuerte me voy a tomar, no puedo parar.

Oye qué cosa el café, que me pone bien,
que me quita todo el sueño, que me deja como
nuevo otra vez.
Oye qué cosa el café, que me pone bien,
que me quita todo el sueño, que me deja como
nuevo otra vez.

Sí, los dedos no me dejan escribir.
El cuerpo no me aguanta ni un asalto más, tengo que seguir.
Sí, la vista se me nubla sin cesar.
Alguna cosa fuerte me voy a tomar, no puedo parar.

Oye qué cosa el café, que me pone bien,
que me quita todo el sueño, que me deja como
nuevo otra vez.
Oye qué cosa el café, que me pone bien,
que me quita todo el sueño, que me deja como
nuevo otra vez.

Sí, el tiempo va pasando sin durar.
Las horas de la noche quiero aprovechar, no puedo parar.

Oye qué cosa el café, que me pone bien,
que me quita todo el sueño, que me deja como
nuevo otra vez.
Oye qué cosa el café, que me pone bien,
que me quita todo el sueño, que me deja como
nuevo otra vez.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Negro sobre blanco

La ley me impide renunciar a mis derechos. Es así de simple.

Si firmo un contrato que dice que renuncio a mi fuero propio y me someto a los juzgados y tribunales de Madrid, por ejemplo, simplemente es como si esa cláusula no estuviera en el papel. Es nula de pleno derecho, porque la ley no me deja renunciar a mi derecho a poner una demanda acerca de ese contrato en otro sitio. Aunque lo haya firmado.

Si firmo un contrato que dice que en caso de conflicto correrán de mi cuenta y cargo los gastos judiciales y/o extrajudiciales que ello ocasione, incluso los honorarios del abogado y derechos de procurador de que se valga la otra parte, aún cuando su intervención no fuera preceptiva y no existiere condena en costas es igual de nulo. Y además, puede que sea un intento de estafa. Si el juez no me condena en costas, el contrato no puede obligarme a pagar los gastos de la otra parte.

El caso es que esas y otras cláusulas semejantes siguen apareciendo, aún hoy, negro sobre blanco en contratos recién redactados.

Y los seguimos firmando sin quejarnos.

¿Realmente nos merecemos que la Ley nos proteja de esa manera, si no protestamos nosotros mismos?

lunes, 13 de agosto de 2007

Comienza la desbitácora

Hoy he empezado otra bitácora, o más bien desbitácora, ya que la he creado para ir poniendo allí esas cosas con palabras técnicas en algún dialecto raro del inglés relacionadas con el desarrollo de programas.

No quería que mis lectores habituales de esta bitácora (que alguno habrá, espero) confundan mi personalidad "social" con mi personalidad "informática".

Y sí, sé que tener más de una personalidad es parte de una enfermedad que se llama esquizofrenia.

jueves, 2 de agosto de 2007

Dicen

Se dice que están controlados los fuegos. A quién no sepa de dónde viene el comentario, este fin de semana pasado ha habido incendios en cuatro de las Islas Canarias: Tenerife, Gran Canaria, La Palma y La Gomera.

Los de La Palma y La Gomera fueron controlados rápidamente. El de Gran Canaria no, y llegó al nivel 2. El de Tenerife tampoco, aunque no pasó del nivel 1.

Sin embargo, dicen que el de Gran Canaria está controlado, aunque no se lo considerará extinguido hasta dentro de varios días.

Dicen también que no sigue quemando, simplemente porque en Gran Canaria ya no queda nada que quemar.

Dicen que en Gran Canaria ha habido enfrentamientos entre la Policía Municipal y la Policía Nacional, con la primera defendiendo a los vecinos y la segunda tratando de evacuarlos por la fuerza de la zona de peligro.

Dicen que uno de los viejitos de Fataga, en la zona más afectada de Gran Canaria, hombre curtido de años en el campo y buen conocedor d la zona, comentó que el fuego se encontraba entre las dos presas más importantes de la isla, y que bastaba con una cuadrilla, una bomba y dos camiones para apagarlo.

Dicen que los helicópteros no volaban de noche porque no podían. Pero dicen (otros) que los helicópteros estaban perfectamente capacitados para volar de noche, que son las tripulaciones las que no estaban capacitadas, porque las Administraciones Públicas nunca pagaron a las tripulaciones los cursos necesarios, por caros.

Dicen que si uno de los vecinos de Fataga, que esquivó la evacuación policial, pudo salvar él sólo varias casas de la zona, qué no hubiera podido hacer una cuadrilla entrenada y, sobre todo, bien dirigida.

Dicen que Zapatero y su ministra han venido "a ver". Pero que no se trajeron ninguno de los 12 hidroaviones Canadair, preparados para lucha contraincendios, que están pulcramente aparcados y muertos de aburrimiento en el aeropuerto de Málaga.

Pero claro, todo eso es sólo lo que dicen. Los medios de comunicación han estado parados, casi secuestrados. Dicen que incluso Coalición Canaria aprende, a veces, de sus errores, y no permitió esta vez que los medios se comportaran tan independiente y críticamente como en el incendio de 1995, en el que pillaron a Manuel Hermoso, a la sazón Presidente del Gobierno de Canarias, cenando tranquilamente mientras el fuego arrasaba el monte. No ha habido esta vez cobertura de primera línea, ni líneas abiertas a las llamadas de los oyentes/ciudadanos.

Dicen, y lo dice Ricardo Melchior, que van muchos fuegos, conatos, apagados ya en la zona de Los Campeches, lo que hace sospechar que éste, como aquellos, haya sido un incendio provocado, ya que comenzó en la misma zona. Provocado como el conato de ayer en Aguagarcía, que de no haber sido rápidamente controlado hubiera corrido a quemar lo que el otro, el grande, debido a la dirección del viento, no quemó: la Corona Forestal de La Orotava.

Pero dicen también que siendo tantos y tan repetidos los conatos en Los campeches, tiene que haber quien conozca el quién y el por qué. Pero este último, dicen, seguro que es el dinero.

Dicen que el mayor culpable de la rápida expansión de los dos grandes incendios, aparte del hecho obvio de que se encendieran, y lo hicieran por la mano del hombre, ha sido el viento fuerte y racheado. Pero dicen otros que más culpable que el viento es el hecho de que el monte no estuviera limpio de pinocha, porque el Cabildo impone multas monumentales a quienes lo limpian. Y dicen otros más que la culpa es de los dispositivos contraincendios, o más específicamente de quienes los dirigen, por no hacer caso a la gente del lugar, que son quienes saben cómo apagar los fuegos en la difícil orografía de Canarias.

Dicen que es imposible que un peninsular sepa apagar fuegos aquí, porque, por mucho que sepa de incendios, está acostumbrado a trabajar en los terrenos llanos de la Península, que son llanos incluso en sus zonas más escabrosas en comparación con Canarias, y no a trabajar en los lomos y barrancos de Canarias.

Dicen, también, que todo esto no son sino comentarios y rumores. Yo sólo los presento.

Usted, que los lee, decida.

jueves, 26 de julio de 2007

Termodinámica

La Termodinámica, formalmente, es la ciencia que se encarga de estudiar el calor. O más exactamente, los intercambios de calor, y de energía en general, que se producen entre los cuerpos.

Las formulaciones habituales de la Termodinámica no parten de ninguna base física, sino de "leyes sancionadas por la experiencia". Es decir, no se dan razones para las Leyes de la Termodinámica, sino que simplemente se enuncian.

Naturalmente, a un nivel más exigente, se puede deducir la Termodinámica a partir de la Mecánica Estadística, que es una ciencia muchísimo más reciente, y dependiente de la Mecánica Cuántica.

Bien, yendo al grano, la Primera Ley de la Termodinámica es el tan oído principio de que La energía ni se crea ni se destruye.

Entre otras cosas, nos dice que no se puede, simplemente, enfriar el piso donde pasamos el verano. El calor que hay dentro no podemos hacerlo desaparecer. Sólo podemos sacarlo del apartamento. Y para hacerlo, hay que gastar energía.

Si sacamos 100 calorías del aire de nuestro piso, lo haremos gastando otras 10 calorías (que pagaremos a la compañía de la luz) y echando las 110 calorías completas al aire de la calle.

Y parte de la culpa la tiene la Segunda Ley de la Termodinámica, que dice que El desorden siempre aumenta (o más bien, nunca disminuye).

Es una ley general. Inamovible, y aplicable en todos los campos. Muchas veces nos ocurre que ordenamos un poco la casa, metiendo los trastos con los que no sabemos qué hacer en un trastero.

El desorden en la casa ha disminuido, y en el trastero ha aumentado. Pero en la casa ha disminuido menos de lo que ha aumentado en el trastero.

Supongamos que hacemos un esfuerzo realmente importante y ordenamos tanto la casa como el trastero. Aún así no podemos escapar de la Segunda Ley de la Termodinámica. Habremos llenado bolsas de basura, ensuciado paños y tomado un par de cafés por el camino.

Pero supongamos que además lo limpiamos todo.

Para hacer todo el trabajo, habremos gastado energías y sudado, y para tener esa energía habremos comido.

Hemos convertido una energía ordenada, la comida, en energía desordenada, calor.

Y la diferencia entre estas dos cantidades de desorden es mucho mayor que lo que hayamos hecho en la casa. Incluso aunque fuéramos Mary Poppins.

En resumen, la Segunda Ley de la Termodinámica es (por eso es Ley) absolutamente inviolable, y predice lo que se llama Muerte Térmica del Universo.

La Muerte Térmica del Universo consiste en que, dado que la energía siempre pierde orden, es decir, es cada vez más desordenada, llegará un momento en que toda la energía del Universo estará en forma de calor, la forma más desordenada de energía. Cuando llegue ese momento, el Universo será un lugar absolutamente inhabitable, una sopa de partículas completamente amorfa.

Es interesante tener en cuenta estas dos Leyes no sólo en Física, sino en cualquier aspecto de la vida. La energía, como el dinero, nunca aumenta ni disminuye, solo se transforma. Uno no puede gastar más de lo que gana sin meterse en deudas, ni puede ganar más de lo que gasta sin acabar ahorrando. Las leyes de conservación son fundamentales en toda la Física y la Química, pero también en la Economía.

Igualmente, uno debe tener en cuenta en su vida diaria que cuesta un esfuerzo ordenar lo desordenado, un esfuerzo que nunca merece la pena. Por eso, siempre es mejor mantener el orden que tratar de ordenar. La Segunda Ley no nos deja otra opción. Es posible, hasta cierto punto, que el desorden no aumente, pero es imposible hacerlo disminuir.

Tomar estas dos leyes como puntos cardinales de la vida propia es muy útil. Tomarlas como puntos cardinales de la Función Pública debería ser obligatorio.

Mantener el orden en el sistema público de Salud, por ejemplo, manteniendo las listas de espera en un nivel constante y aceptable, de quizá dos semanas, es muchísimo más barato que ahorrar dinero en gastos médicos permitiendo que las listas de espera lleguen a años y luego tratar de reducirlas.

Nuestros gobernantes, aparte de saber repartir poltronas, deberían estudiar Física. Nos iría mejor a todos.

martes, 17 de julio de 2007

El placer de regatear

En Occidente, en general, estamos perdiendo el contacto humano. Las cosas son cada vez más rápidas y supuestamente cada vez más cómodas. Pero entonces, ¿por qué nos parecen cada vez menos agradables?

Porque lo son.

Comparemos el caso de comprar un juego de café, por ejemplo, en un hipermercado occidental con autoservicio de caja, y en un latonero marroquí o turco.

En el primer caso, elegimos el juego de café en la estantería, lo metemos en una cesta o carro, lo llevamos a la caja autoservicio, lo pasamos por el lector de códigos de barras, introducimos nuestra tarjeta de crédito, tecleamos la clave para aceptar el cargo y nos llevamos el juego de café a casa. Todo en 5 minutos y sin contacto humano alguno, salvo la marea de desconocidos de nuestro alrededor.

En el segundo caso, y por un juego de café semejante, pero hecho a mano, el latonero nos pide 20 veces el precio del hipermercado, le decimos que no hay trato y hacemos ademán de irnos, nos pide un precio menor, 15 veces el precio del hipermercado, hacemos ademán de volver pero le decimos que el precio es excesivo, nos hace otra oferta por 13 o 12 veces el precio del hipermercado, le decimos que un juego de café no vale tanto y le ofrecemos el precio del hipermercado como valor, nos recuerda que está hecho a mano y, como la discusión se alarga, nos invita a un té.
Tras el té, valoramos el trabajo del latonero y subimos nuestra oferta un 50%, él nos dice que le partimos el corazón con esos precios y baja a 10 u 8 veces el precio del hipermercado, nosotros subimos a 2 veces, él baja a 8 o 6 veces, nosotros subimos a 3 veces el precio del hipermercado y nos ofrece otro té.
A continuación, y tras hablar del tiempo, o de la familia, nos hace otra oferta, su última oferta, por unas 6 o 5 veces el precio del hipermercado, nosotros subimos a 3 veces y media, y nos hace otra última oferta por 4 veces, oferta que aceptamos y sellamos con un apretón de manos.

En este segundo escenario, el juego de café, esta vez tallado a mano, nos ha costado 4 veces más caro que en el hipermercado. ¿Hemos salido perdiendo?
La hipereconomista mentalidad occidental diría que sí, que incluso contando con que está tallado a mano y con que hemos tomado dos tés de balde, hemos perdido en tiempo y en dinero.

Si eso es así, ¿por qué hemos acabado muchísimo más contentos con esta compra que con la anterior?

Por la sencilla razón de que esta compra ha sido más humana. No sólo hemos tenido contacto con una persona, el vendedor, sino que hemos hablado largo y tendido de varios temas, no sólo de la compra, con lo que se ha creado un lazo de amistad humana. Hemos salido ganando, en el cómputo total, y eso es porque salir ganando o perdiendo, simplemente, no importa, en relación con tener una amigable charla que en el primer escenario no teníamos.

Lo que he presentado hasta ahora es un caso de comparación extrema, entre lugares distintos de países distintos, y comprando productos distintos. Sin embargo, el caso es exactamente el mismo cuando comparamos el mismo producto, en la misma ciudad, entre un hipermercado y un comerciante minorista.

En el hipermercado puede que hablemos sólo con la cajera, una empleada a la que no le va nada en la empresa y puede permitirse ser desagradable, ya que probablemente tendrá un "contrato basura". En el comercio minorista puede que nos atienda el dueño, o un empleado que lleve allí toda la vida, y cualquiera de los dos lo hará con la intención de atendernos bien para que volvamos, ya que a cualquiera de ellos le va el empleo en ello.

Y aunque en el comercio minorista los precios sean más elevados, hay que tener en cuenta lo que nos ahorraríamos en terapias psicológicas por alienación.
O en casos menos extremos, hay que tener en cuenta que más caro en dinero no significa más caro, ya que el contacto personal, la garantía de que si volvemos porque el producto tiene un defecto nos atenderá alguien que nos conoce y que recuerda la compra, o el simple hecho de que podemos saludar por la calle al vendedor, sin duda valen más que los pocos céntimos, o euros, que ahorramos yendo al hipermercado.

Claro que las economías familiares no suelen ser lo suficientemente boyantes como para comprar todos los productos en comercios minoristas. Sin embargo, es perfectamente posible hacer la mayor parte de la compra en los hipermercados (en varios, con los mejores precios de cada sitio, no todo en uno sólo), pero dejar algunos productos, como la fruta o la carne, para el comercio minorista, donde nos atenderá el verdulero o el pescadero de siempre, con su conocimiento de nuestros gustos y su garantía.

Aunque sean grandes cadenas de pequeñas fruterías, y no negocios familiares, el cambio merecerá la pena, por la más simple de las razones y la que más he repetido hoy.

El contacto humano.

viernes, 13 de julio de 2007

Álgebra de Boole

Se llama Álgebra de Boole al conjunto de relaciones lógicas que se pueden tener entre proposiciones binarias. O para ser más claros, son las reglas lógicas para saber si una frase compleja es cierta o falsa, a partir de la veracidad de las proposiciones simples de las que se compone.

En la vida real, las proposiciones no son del todo ciertas ni falsas nunca. Y peor aún es con los enunciados complejos que de ellas construyamos. Así, la proposición "Estados Unidos hizo bien al lanzar la bomba atómica sobre Hiroshima" no se puede reputar ni como cierta ni como falsa, ya que hay argumentos concretos, veraces e irrefutables a favor de ambas opciones.

Y con los enunciados complejos, la cosa aún empeora. El discurso de un Presidente del Gobierno en el Debate sobre el Estado de la Nación es, simplemente, indecidible.

Sin embargo, el álgebra de Boole es fundamental, pues es la base misma de la programación informática, y más aún, de los fundamentos de la lógica humana.

En ella, la operación más sencilla es la Negación. Dada una proposición o un enunciado, decidido como cierto o falso, su negación tendrá el otro valor de verdad. Si "este cuadrado es rojo" es cierto, "este cuadrado no es rojo" es falso, y viceversa. Habitualmente, la negación no se pone en el orden lógico de la gramática común, sino delante del enunciado completo que resulta negado: "no [es cierto que] este cuadrado es rojo".

Claro está, ni la Negación ni ninguna otra operación que nos inventemos que actúe sobre un enunciado (en realidad sólo hay una más) nos permitirá crear enunciados más complejos. Necesitamos operaciones que actúen sobre dos enunciados.

Y de estas, la primera que viene a la mente es la Unión. Dados dos enunciados, su unión solamente será verdadera si ambos los son a la vez. En cualquier otro caso, la unión reputará falsa. Si "este cuadrado es brillante" es cierto y además "este cuadrado es rojo" es también cierto, "este cuadrado es brillante y rojo" también es cierto. Pero si no es rojo o no es un brillante o ninguna de las dos cosas, el enunciado completo será falso.
La necesidad de que ambas condiciones sean ciertas a la vez para la veracidad del enunciado es fundamental, determinante en la manera de pensar occidental. Para aprobar la asignatura es necesario aprobar los exámenes y las prácticas. Para contratar una hipoteca es necesario un sueldo de más del doble de la mensualidad prevista y un contrato fijo. La imposición de varias condiciones a fin de dar una respuesta positiva es parte de nuestra cultura.

Pero aparte de las condiciones necesarias, existen en nuestra vida las condiciones suficientes, reguladas en el Álgebra de Boole por la Disyunción. Dados dos enunciados, su disyunción será verdadera a menos que ambos sean falsos a la vez. Si "este cuadrado es brillante" es cierto, no importa que "este cuadrado es rojo" lo sea o no para dar por cierto el enunciado "este cuadrado es brillante o rojo". Y si no es cierto, el enunciado completo sigue siendo cierto con tal de que "este cuadrado es rojo" lo sea.
La vía de dar más de una manera de cumplir un enunciado es el complemento mental natural de la rigidez de los enunciados que utilizan la Unión. Para aprobar la asignatura es necesario aprobar los parciales o el final, o ambos, lo mismo da. Para contratar un alquiler es necesario un contrato fijo o un avalista, o ambos, lo mismo da. La opcionalidad de las condiciones, es decir, su suficiencia, y no su necesidad, hacen la vida soportable.

Matemáticamente, sin embargo, la Unión y la Disyunción son operaciones completamente equivalentes, una es el reflejo simétrico de la otra, hasta el punto de que, por medio de la Negación, podemos transformar una en la otra. Ello es tanto así, que se puede explicitar una Unión sin usarla, utilizando tan sólo la Negación y la Disyunción, y viceversa:
"Este cuadrado es brillante y rojo" se puede expresar también como "Es falso que este cuadrado no es brillante o no es rojo".

En principio parece que ambas frases no son equivalentes, de hecho, que no tienen nada que ver, y sin embargo son la misma. Analicémoslas con cuidado.

Supongamos que el cuadrado es rojo y es brillante. El primer enunciado es claramente cierto. Para el segundo, tenemos que al ser el cuadrado rojo, la parte "...este cuadrado no es rojo..." es falsa, y al ser el cuadrado brillante, la parte "...no es brillante" es también falsa. Como ambas partes son falsas, la disyunción completa es falsa: "este cuadrado no es brillante o no es rojo" es falso, que es justamente el contenido del enunciado completo, que resulta verdadero, al igual que el primer enunciado.
Supongamos ahora que el cuadrado no es rojo ni brillante. El primer enunciado es claramente falso, analicemos el segundo. La parte "...este cuadrado no es rojo..." es verdadera, lo cual es suficiente para que lo sea la disyunción completa "este cuadrado no es brillante o no es rojo". Como es cierto, resulta que el enunciado completo "Es falso que este cuadrado no es brillante o no es rojo" es falso, igual que el primer enunciado.
Para finalizar, supongamos que sólo una de de las dos proposiciones menores es cierta: tenemos un cuadrado rojo pero no brillante. El primer enunciado es falso, ya que no se cumplen ambas condiciones de la unión. Veamos el segundo. La parte "...este cuadrado no es rojo..." es verdadera igual que en el caso anterior, lo cual es suficiente para que lo sea la disyunción completa "este cuadrado no es brillante o no es rojo", llegando al mismo resultado de falsedad que en el caso anterior, y también el mismo que el del primer enunciado.

De esta manera hemos demostrado, como ya hiciera De Morgan, que una unión de dos proposiciones puede expresarse sin utilizar la operación de unión, con tan sólo utilizar la operación de disyunción y la de negación.

El problema viene cuando en el discurso se utilizan proposiciones ciertas y se combinan mediante estas operaciones, pero las conclusiones que se presentan a la audiencia como obtenidas lógicamente no son las que se obtendrían realizando correctamente las operaciones.

Así, podemos ver a veces, en el discurso político, conclusiones interesadamente falsas obtenidas mediante la aplicación arteramente incorrecta de las reglas anteriores.

La única defensa contra ello es revisar la validez de las conclusiones que se pretenden obtenidas mediante la lógica.

miércoles, 27 de junio de 2007

Los nombres de las cosas

Nombre:

(lat. nomen, -ĭnis).


1. m. Palabra que designa o identifica seres animados o inanimados


El DRAE es meridianamente claro: el nombre de algo lo designa o identifica. Así, el nombre de una calle identifica esa calle entre todas las de la misma ciudad o pueblo.

Pero esa función queda inutilizada cuando se cambia el nombre de algo sin que el uso lo sancione. Y muchas veces, el uso se rebela contra la imposición de un nombre nuevo por parte de quienes tienen esa potestad.

Ocurrió, por ejemplo, en mi ciudad, donde la calle en la que en su tiempo trabajaron los herradores, la Calle de Herradores, recibió formalmente en un determinado momento del pasado siglo el nombre de Calle del General Franco. Y el uso se rebeló, hasta tal punto que preguntarle, entonces u hoy, a un viandante cualquiera, salvo un cartero, por la calle General Franco significa obtener la ignorancia, amable, por respuesta. Preguntar, en cambio, por la calle Herradores, incluso a un estudiante llegado hace poco, significa obtener claras indicaciones al respecto.

¿Cuál es, entonces, el nombre de la referida calle? Según el callejero municipal era General Franco, pero la calle era identificada, incluso por la Policía Municipal, como Herradores. Ese, y no otro, es, pues, su nombre.

Todo esto viene a cuenta de la reciente manía de los regidores municipales, de toda España, de cambiar los nombres de las cosas. En particular, de las calles.

Que una calle, cuyo nombre original era 19 de Noviembre, tras ver su nombre cambiado durante la Dictadura a 18 de Julio, vea su nombre cambiado, devuelto, a 19 de Noviembre, es de justicia. Puede que los políticos que lo decidieron lo hicieran por revanchismo, por conseguir un titular, por votos fáciles, por aparentar o por un pretendido izquierdismo de salón. No importa, lo cierto es que la devolución a una calle del que ya fue su nombre es un acto lícito.

Igualmente, que El Ferrol del Caudillo cambie su nombre por el que tuvo siempre, El Ferrol, como en su momento hizo, es un acto de restitución a la Historia.

Sin embargo, que una calle cuyo nombre siempre fue 18 de Julio, pues fue construida o por primera vez nombrada durante la dictadura, lo vea cambiado ahora, de primeras, por Juan Pablo II, aunque sea legal al haber sido decidido por mayoría democrática en un pleno, no es ni lícito ni históricamente legítimo.

Guste o duela, la Guerra Civil y la Dictadura son parte de la Historia de España. Mola, Sanjurjo, Queipo de Llano y Franco son parte de la Historia de España tanto como Maura, Cánovas, Sagasta, Calvo Sotelo, Negrín, Azaña, Suárez, González o Aznar.

Pero el revanchismo de los socialistas de salón llega, no ya al ilícito, sino al absurdo. Había, en la Academia General Militar de Zaragoza, una estatua ecuestre del General Franco, en su momento, el General más joven de Europa. La estatua no se encontraba allí como homenaje al Dictador, sino a quien fue Director de la Academia desde su fundación, en 1927, hasta su cierre 4 años más tarde por orden de Azaña. Fue entregada por el Ayuntamiento de Zaragoza en 1948, y sigue siendo propiedad del mismo. Sin embargo, en agosto del año pasado (2006), el Ministerio de Defensa retiró la estatua (Siglo XXI, El Mundo, ABC, Clarín). Aunque ambas, fundador y dictador, sean la misma persona, es absurdo retirar de una institución hoy fundamental para la Defensa Nacional la estatua de su fundador y primer director. Hubiera sido más adecuado el plan esbozado en 2005 de trasladarla a la parte trasera de la Academia, entre los bustos de otros Directores de la misma, y fuera de la zona en la que se realizan actos públicos. Y hubiera sido mejor aún dejarla en su sitio, pues es parte de la Historia de la Academia y de España.

Y curiosamente es en la propia Dictadura donde encontramos un ejemplo de lo que sí se debe hacer.

En el Cuartel del Rey en Ceuta, primera sede de la Legión, cuya puerta principal actual data de tiempos de la II República, figura el escudo de armas de la Legión. Dicho escudo consta, desde que fuera diseñado por el Capitán Justo Pardo Ibáñez, ayudante de Millán Astray, de las armas de los antiguos Tercios, la alabarda, el arcabuz y la ballesta. En el centro del escudo figuró, originariamente, la Corona Real, como corresponde a la época (1920, Alfonso XIII). La II República cambió (como con el escudo nacional) la corona anterior por la Corona Mural, y es el emblema con la corona mural el que figuró en el arco de la puerta.

Y es el que hoy sigue allí.

Durante toda la Dictadura, y precisamente en un cuartel de la Legión (nada sospechoso de republicanismo), se mantuvo el emblema histórico de la corona mural, en vez de cambiarlo por el propio del momento.

Deberían tomar ejemplo los que hoy tratan de reescribir la Historia a base de cambiar nombres, borrar escudos y quitar estatuas. Perdieron la Guerra Civil en los campos de batalla por sus propias batallas internas, y hoy pretenden ganarla en los Plenos, haciendo que la revivamos todos, y por ello, que la perdamos todos.

El valor de votar

Mirando bitácoras de amigos he encontrado esta entrada en este blog de mi amigo y casi colega Cuervo Ingenuo.

Casi colega, porque aunque los dos hemos estudiado lo mismo, en las mismas aulas, hemos cogido caminos profesionales relacionados pero no iguales.

No voy a comentar nada, porque estoy, simplemente, de acuerdo con todo lo que dice.

lunes, 25 de junio de 2007

Polvo eres, y de polvo te llenarás

A veces me pasa que le digo a alguien que tiene que pagar 80 euros por un disco duro nuevo, porque el que tiene se ha estropeado permanentemente y dejará de funcionar en cualquier momento, y los suelta sin pestañear. A lo que hay que añadir el coste de la visita y el desplazamiento, el salvar los datos, el coste de la segunda visita para cambiar un disco por el otro, grabar los datos en el nuevo disco, etc.

Y el mes antes le dije que se gastara 20 euros en pagarme una visita para que le abriera el ordenador y le quitase el polvo con una aspiradora y una brocha, y me dijo que no merecía la pena.

No acabo de entender por qué la gente gasta dinero en prevenir accidentes con su coche, revisando el aire y el aceite, llevándolo al taller cada 5000 Km, y sin embargo no se lo gasta en guardar sus datos adecuadamente, quitándole el polvo a los entresijos de sus ordenadores, que es, además, más barato.

Que no lo haga la gente que tampoco revisa el coche, pues... allá ellos. Pero que no lo haga la gente que revisa el coche, tiene seguro para su casa e incluso contrata seguros de viaje, no tiene lógica.

Y sin embargo, me encuentro con ello a cada rato. Tener que cambiar piezas de un ordenador sólo porque no se limpiaron a tiempo.

Los problemas son varios. Para empezar, el polvo es conductor de la electricidad. La acumulación de polvo en los circuitos puede provocar mal funcionamiento. Y basta con limpiar. Pero también puede provocar un cortocircuito que vuelva completamente inservible una placa, una tarjeta o un módulo de memoria.

Para seguir, el polvo y los ventiladores se llevan bien. Tanto, que donde hay un ventilador, se acumula el polvo. Y cuando los ventiladores de un ordenador se paran, pueden pasar varias cosas, todas malas. En general, una pieza importante se recalienta y se estropea.

Y para acabar como empezamos, también los discos duros son sensibles al polvo, por las dos causas anteriores a la vez: tienen piezas móviles y se recalientan.

Yo no le voy a recordar a nadie que revise su coche, no soy mecánico. Pero sí tengo experiencia suficiente para decirle, amigo lector, que limpie su ordenador por detrás todas las semanas, y que cuando su informático, sea un empleado o el amigo o familiar "pringao", le diga que hay que limpiar el ordenador de polvo por dentro, hágalo.

Saldrá más barato.

jueves, 14 de junio de 2007

Gobierno de Canarias

A gobernar Canarias tocan...

Después de las elecciones locales hay 60 diputados repartidos entre tres partidos. Aunque algunos quieran convencernos de que son cuatro.

Y sin que ninguno haya obtenido mayoría absoluta, dos de ellos tendrán que pactar para dejar al tercero en la oposición y gobernar juntos. Durante cuatro largos años.

O dos de ellos deben votar a uno para que gobierne en minoría. Durante cuatro años más largos aún.

O uno de ellos debe conseguir que otro se abstenga en la investidura, para gobernar contra una oposición con mayoría. Durante cuatro años, o menos, pero en cualquier caso con cada votación siendo una encarnizada batalla donde el Gobierno llevará, en principio, las de perder.

¿Pero quiénes son los contendientes?

Juan José López Aguilar, del PSOE, con 26 diputados, ha hecho ganar a su partido 6 escaños con respecto a las elecciones de 2003.

Paulino Rivero, de CC a pesar de que intenten (otra vez) hacer la trampa de poner AHI por separado, tiene 19 diputados, casi todos de la provincia occidental, y los suyos han perdido 4 actas con respecto a las elecciones de 2003.

José Luis Soria, del PP, con 15 diputados, ha hecho perder a su partido 2 escaños respecto a las elecciones de 2003.

Un análisis somero de estos resultados indica que los canarios hemos castigado al partido que está (aún) en el Gobierno, y en menor medida que hemos castigado también al partido que los apoyó para ello y que cogobernó hasta que Adán Martín cortó por lo sano los problemas que una tal alianza creaba en su Gobierno.

Y a la vez, el mismo análisis somero indica que los canarios hemos dado confianza al partido que, mal o bien, hizo labor de Oposición al Gobierno de Adán Martín.

El análisis un poco menos somero, además, indica que PSOE y PP tienen la confianza de canarios de ambas provincias (si bien el PP pincha del todo en El Hierro y La Gomera), mientras que CC es vista por los habitantes de la provincia oriental como un partido puramente tinerfeño.

Visto así, el candidato que menos debería gobernar es Paulino Rivero, ya que su partido ha sido el que más diputados ha perdido en las urnas y sería el presidente de media Canarias. Y por lo mismo, el candidato que debería ser elegido Presidente es Juan José López Aguilar, con casi el 45% de los diputados, de todas las islas, y el capital político de ser el único partido que subió en diputados.

Y ello a pesar de que Paulino Rivero tenga muchos años de experiencia de gestión en El Sauzal y Juan José López Aguilar no tenga ninguna, y encima no haya sido considerado como un buen ministro el tiempo que ha estado en Madrid.

Otra pieza del análisis es la idea generalizada de que CC es un partido de corruptos, una mafia de constructores que saca una buena parte de sus votos llevando a los viejitos al monte a comer paellas, contratando parados para labores de obras y jardinería y montando carnavales, fiestas y romerías en vez de encargarse de los problemas reales de Canarias. Percepción que tiene visos de certidumbre con cosas como Las Teresitas, el Puerto de Granadilla, la Banda de Música de La Laguna o, en general, la construcción indiscriminada en zonas agrícolas y la conversión de Canarias en una región receptora de turismo de baja calidad. También, la construcción de obras innecesariamente caras como el Auditorio de Tenerife.

Sea todo ello cierto o no.

Otra pieza más es la percepción de que el PSOE es un partido con problemas de cohesión interna, que para quitarse a Aguilar de encima en Madrid lo mandan a Canarias, pisándole el puesto a Adrián Alemán, al que mandan a La Laguna, quitándole el puesto a Santiago Pérez, al que mandan al Cabildo de Tenerife, y pasando por el camino de estar a un concejal de la mayoría absoluta en La Laguna a regalarle la mayoría absoluta a CC.

Sea todo ello, también, cierto o no.

Otra pieza más, finalmente, es la sensación ciudadana de que el PP no acaba de ser un partido inmaculado, con el estado en el que están Tauro, Taurito y los barrancos de alrededor, con el caso Eólico, con la manera en que salieron del Gobierno a media legislatura o con la Marina de Las Palmas.

También, sea todo ello cierto o no.

¿Y qué resulta de este análisis?

Para empezar, que no debería gobernar ninguno de ellos: ni el inútil Agular, ni los corruptos de Paulino, ni el dictatorial Soria.

Pero alguno tiene que gobernar.

Por ello, dado el gran castigo que los canarios hemos dado a CC, sea por motivos ciertos o no, creo que lo correcto sería que el PSOE y el PP tomaran ejemplo de lo que sus respectivas agrupaciones locales de El Paso hicieron la legislatura pasada y pactaran para dejar fuera del Gobierno de Canarias al partido que más diputados ha perdido.

Sin embargo, parece que sea CC quien lleve la voz cantante en la formación de gobierno, ya que de pactar con cualquiera de los otros dos partidos, enemigos en Madrid, conformaría gobierno.

Partes de CC recuerdan los problemas de gobernar con el PP y preferirían pactar con el PSOE. Otras recuerdan la dura oposición del PSOE y, como ya hicieron a toda prisa en Santa Cruz, preferirían pactar con el PP.

No son un partido de centro, pero están en medio. No les importa lo mal que lo hagan, pues se creen que siempre serán necesarios.

¿No sería ya hora de cambiar todo esto?

miércoles, 13 de junio de 2007

Una televisión de servicio público

Es, cuando menos, curioso.

Tenemos una cadena de televisión generalista que pagamos todos, La Primera. Y luego tenemos otra cadena que también pagamos todos y que se supone que es para programas con una audiencia no tan general pero de servicio público, La 2.

Y sin embargo, lo que yo veo es que la cadena que ejerce de servicio público es una cadena privada. Claro está, dentro de sus posibilidades como empresa privada.

Programas como Soy lo que como, Desnudas, S.O.S. adolescentes o Supernanny, emitidos en horario de máxima audiencia, hacen de cuatro, una televisión privada, lo que me gustaría ver en la cadena que pago con mis impuestos.

Dicho sea sin desmerecer programas estupendos como Documentos TV, El escarabajo verde, Línea 900 o Metrópolis.

Si pago La 2, ¿por qué encuentro los auténticos programas de servicio público, interesantes, bien hechos, amenos y útiles en cuatro?

Empieza mi vida en Blogger

Mi vida en Blogger empieza hoy.

Esto es, mi vida como blogger, o mejor bloguero.

O teniendo en cuenta que 'blog' viene del inglés 'blog', que es contracción de 'weblog', que es unión de 'web log', es decir, 'registro en web' (sin meternos ya en la etimología de 'web'), hoy empieza mi vida como registrador de mi propia vida.

En resumen, hoy me convierto en autor de mi autobiografía en forma de bitácora en línea.

Sean bienvenidos.